Manejo de la sintomatología más frecuente
Nauseas y vómitos: Es la sintomatología más frecuente.
Se suele presentar en el inicio de la gestación y tiende a disminuir conforme avanza.
Suelen ser de predominio matutino y autolimitados.
En un 50% de los casos se acompañan de vómitos.
Un 0,35% evolucionan hacia un cuadro de hiperémesis gravídica, caracterizada por vómitos incoercibles y afectación del estado general.
Para su tratamiento se recomiendan ingestas frecuentes de pequeñas cantidades de alimento y evitar grandes ingestas a primeras horas del día.
Se deben recomendar pequeñas cantidades de carbohidratos así como tener bizcocho o galletas en la mesilla de noche para tomarlas en la cama cuando se despierte por la mañana, hasta que se autolimiten las sensaciones nauseosas matutinas.
Parece beneficioso el incremento de aporte de hidratos de carbono y la disminución de las grasas, así como evitar los alimentos de olor fuerte o penetrante.
Los antieméticos parecen reducir la frecuencia de las nauseas en la fase inicial del embarazo.
Existe escasa información sobre los efectos secundarios en el feto.
El fármaco más efectivo es la Piridoxina (a dosis de 10-25 mg 3 veces al día) reduce la intensidad de las nauseas y es quizás el de menos efectos secundarios.
En al práctica clínica habitual es recomendable empezar con dosis inferiores.
El fármaco mas utilizado es el antihistamínico Doxilamina, asociado con piridoxina.
Es el único que ha demostrado, mediante ensayos clínicos, no producir incremento en el riesgo de malformaciones.
Estreñimiento y hemorroides: Más frecuente al final de la gestación.
Se producen por la disminución de la motilidad intestinal y por el aumento de la presión venosa secundaria al crecimiento uterino.
Debemos recomendar medidas higiénico-dietéticas.
Si fracasan podemos utilizar laxantes formadores de bolo (plántago ovata, ispaghula, salvado, metilcelulosa) evitando el uso de laxantes de contacto.
No existe evidencia de seguridad en el uso de la lactulosa.
En cuanto al tratamiento de hemorroides, las formulaciones tópicas son las que han demostrado una mayor seguridad.
Debe evitarse el uso de supositorios por la mayor absorción por la mucosa anal.
Pirosis: Está presente en el 70% de las gestantes.
Es debido a la disminución del tono del esfínter esofágico inferior y al aumento de la presión intrabdominal.
Debemos recomendar la disminución de la ingesta de chocolate, café, té, grasas, etc., así como la realización de ingestas de alimentos frecuentes y con poca cantidad.
No utilizar prendas ajustadas en el abdomen, elevar la cabecera de la cama y evitar ingerir alimentos en las 2-4 horas previas al descanso nocturno.
Antiácidos orales no absorbibles son fármacos de bajo riesgo para el feto por lo que se puede utilizar cualquiera de ellos si está indicado, es decir si la dispepsia permanece a pesar de los cambios en la dieta y en el estilo de vida.
La Cimetidina, Famotidina y Ranitidina (Categoría B de la FDA) son aceptables sólo si hay riesgo materno, si no es preferible utilizar antiácidos orales no absorbibles.
Con el Omeprazol hay poca experiencia por lo que es preferible no utilizarlo.
El Misoprostol es un fármaco teratógeno y está contraindicado (Categoría X de la FDA).
Nauseas y vómitos: Es la sintomatología más frecuente.
Se suele presentar en el inicio de la gestación y tiende a disminuir conforme avanza.
Suelen ser de predominio matutino y autolimitados.
En un 50% de los casos se acompañan de vómitos.
Un 0,35% evolucionan hacia un cuadro de hiperémesis gravídica, caracterizada por vómitos incoercibles y afectación del estado general.
Para su tratamiento se recomiendan ingestas frecuentes de pequeñas cantidades de alimento y evitar grandes ingestas a primeras horas del día.
Se deben recomendar pequeñas cantidades de carbohidratos así como tener bizcocho o galletas en la mesilla de noche para tomarlas en la cama cuando se despierte por la mañana, hasta que se autolimiten las sensaciones nauseosas matutinas.
Parece beneficioso el incremento de aporte de hidratos de carbono y la disminución de las grasas, así como evitar los alimentos de olor fuerte o penetrante.
Los antieméticos parecen reducir la frecuencia de las nauseas en la fase inicial del embarazo.
Existe escasa información sobre los efectos secundarios en el feto.
El fármaco más efectivo es la Piridoxina (a dosis de 10-25 mg 3 veces al día) reduce la intensidad de las nauseas y es quizás el de menos efectos secundarios.
En al práctica clínica habitual es recomendable empezar con dosis inferiores.
El fármaco mas utilizado es el antihistamínico Doxilamina, asociado con piridoxina.
Es el único que ha demostrado, mediante ensayos clínicos, no producir incremento en el riesgo de malformaciones.
Estreñimiento y hemorroides: Más frecuente al final de la gestación.
Se producen por la disminución de la motilidad intestinal y por el aumento de la presión venosa secundaria al crecimiento uterino.
Debemos recomendar medidas higiénico-dietéticas.
Si fracasan podemos utilizar laxantes formadores de bolo (plántago ovata, ispaghula, salvado, metilcelulosa) evitando el uso de laxantes de contacto.
No existe evidencia de seguridad en el uso de la lactulosa.
En cuanto al tratamiento de hemorroides, las formulaciones tópicas son las que han demostrado una mayor seguridad.
Debe evitarse el uso de supositorios por la mayor absorción por la mucosa anal.
Pirosis: Está presente en el 70% de las gestantes.
Es debido a la disminución del tono del esfínter esofágico inferior y al aumento de la presión intrabdominal.
Debemos recomendar la disminución de la ingesta de chocolate, café, té, grasas, etc., así como la realización de ingestas de alimentos frecuentes y con poca cantidad.
No utilizar prendas ajustadas en el abdomen, elevar la cabecera de la cama y evitar ingerir alimentos en las 2-4 horas previas al descanso nocturno.
Antiácidos orales no absorbibles son fármacos de bajo riesgo para el feto por lo que se puede utilizar cualquiera de ellos si está indicado, es decir si la dispepsia permanece a pesar de los cambios en la dieta y en el estilo de vida.
La Cimetidina, Famotidina y Ranitidina (Categoría B de la FDA) son aceptables sólo si hay riesgo materno, si no es preferible utilizar antiácidos orales no absorbibles.
Con el Omeprazol hay poca experiencia por lo que es preferible no utilizarlo.
El Misoprostol es un fármaco teratógeno y está contraindicado (Categoría X de la FDA).