lunes, 28 de febrero de 2011

Las enfermedades de transmisión sexual en el embarazo

Las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo

Padecer una enfermedad de transmisión sexual durante el embarazo puede ser perjudicial para el bebé si se le transmite la enfermedad.

La gonorrea y clamidia pueden causar problemas en la salud de los bebés que varían desde infecciones oculares a pulmonía.

La sífilis puede causar abortos naturales o el nacimiento de un niño muerto.
Los bebés pueden contraer el VIH.

Si está embarazada y usted o su pareja ha padecido—o actualmente padece—una enfermedad de transmisión sexual, infórmeselo a su médico. Su bebé puede correr peligro.

Las pruebas para algunas de las enfermedades de transmisión sexual se ofrecen rutinariamente durante la atención prenatal.

Es mejor dar tratamiento a las enfermedades de transmisión sexual en las primeras etapas para reducir la probabilidad de que su bebé también contraiga la enfermedad. Usted y su pareja deben también someterse a tratamiento.

Síndrome de alcoholismo fetal

Si está embarazada y consume alcohol, su bebé también lo hace. Puede afectar el crecimiento de su bebé y provocar problemas físicos y de conducta para toda su vida. Uno de los efectos más severos de beber durante el embarazo es el síndrome de alcoholismo fetal (SAF). El SAF es un grupo de problemas que puede incluir:

Retraso mental
Defectos congénitos
Características faciales anormales
Problemas de crecimiento
Problemas con el sistema nervioso central
Dificultad para recordar y/o aprender
Problemas con la vista o la audición
Problemas de conducta
El SAF persiste toda la vida. No existe una cura. Hay servicios escolares especiales que pueden ayudar con los problemas de aprendizaje. Las rutinas y un hogar sólido pueden ayudar con los problemas de conducta. Las mujeres pueden prevenir el SAF y otros problemas relacionados con el consumo del alcohol si no beben cuando están embarazadas o piensan quedar embarazadas.

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Abuso de sustancias durante el embarazo

Cuando se está embarazada no es simplemente "comer por dos." También respira y bebe por dos, de modo que es importante considerar cuidadosamente lo que se le da al bebé. Si fuma o consume alcohol o drogas, también lo hace el feto.

En primer lugar, no fume. Si fuma durante el embarazo la nicotina y las sustancias generadoras de cáncer se le pasan al bebé. Fumar también impide que el bebé reciba los nutrientes y aumenta el riesgo de nacimiento sin vida y nacimientos prematuros. No beba alcohol. No se conoce una cantidad de alcohol que sea sana para una mujer embarazada. El alcohol puede causar problemas físicos y de conducta para toda la vida en los niños, inclusive el síndrome de alcoholismo fetal. No consuma drogas ilegales. El consumo de drogas ilegales puede dar como resultado bebés con poco peso, defectos congénitos o síntomas de abstinencia después del nacimiento.

Si está embarazada y fuma o consume alcohol o drogas, busque ayuda. El médico puede recomendarle programas para ayudarla a dejar las sustancias. Usted y su bebé estarán mejor sin ellas.

Centro Nacional de Información sobre la Salud de la Mujer

Se realizan demasiadas biopsias quirúrgicas de mama

Un estudio reciente halla que con demasiada frecuencia se llevan a cabo biopsias quirúrgicas de los senos, en lugar de biopsias con aguja que son más seguras y menos invasivas en mujeres que tienen mamografías anormales.

Esta última investigación, realizada en el estado de Florida y publicada en línea en American Journal of Surgery, señala que aunque la tasa de biopsias quirúrgicas debe rondar el 10 por ciento, el 30 por ciento de las biopsias de seno estudiadas entre 2003 y 2008 se hicieron a través de este procedimiento más invasivo. Esto se traduce en que más de 300,000 mujeres al año se someten a una cirugía que no necesitan, sobre todo dado que el 80 por ciento de las biopsias de seno son benignas. Y las estadísticas de Florida son probablemente un reflejo de la situación en el resto de los estados, agregaron los investigadores.

También hay que tomar en cuenta el costo. El informe calcula que se pueden ahorrar $37.2 millones en gastos de atención de la salud si las biopsias con aguja fueran siempre el procedimiento escogido.

El Dr. Stephen R. Grobmyer, autor principal del estudio, aseguró a The New York Times que tanto él como sus colegas siguen atendiendo a pacientes que se han sometido a las biopsias quirúrgicas más invasivas cuando se debió haber realizado una biopsia con aguja.

"Luego de un tiempo de observar tanto casos, uno se da cuenta que está pasando algo", declaró al periódico Grobmyer, director del programa de diagnóstico de cáncer de mama de la Universidad de Florida en Gainesville.

Los expertos en el área señalan que las biopsias con aguja deberían ser siempre el procedimiento preferido.

"Este nuevo estudio confirma que muchas lesiones por enfermedad del seno no necesitan extraerse mediante una biopsia quirúrgica. La biopsia con aguja ha sustituido a la biopsia quirúrgica", apuntó el Dr. Richard Shapiro, director de operaciones de cirugía oncológica del Instituto del Cáncer de la Universidad Estatal de Nueva York (NYU) en la ciudad de Nueva York. "El mensaje para las mujeres es que la biopsia con aguja ha superado a la biopsia quirúrgica como herramienta inicial para el diagnóstico del cáncer de mama. La mayoría de las mujeres se someten casi siempre a una biopsia con aguja antes de la extracción quirúrgica de cualquier lesión".

"La cirugía es una parte esencial del tratamiento del cáncer de mama, pero ciertamente la biopsia quirúrgica no es la primera línea de diagnóstico ni de defensa", agregó Shapiro. "La práctica de usar la biopsia con aguja se debió cambiar hace mucho tiempo. La biopsia con aguja debe ser la primera opción de los médicos para diagnosticar e identificar lo que es exactamente una lesión de la mama antes de su extirpación. La cirugía es una herramienta efectiva para la extirpación de lesiones benignas y malignas de los senos cuando la biopsia con aguja no es concluyente".

La Dra. Deborah Axelrod, directora de cirugía de los senos y de alcance comunitario del Instituto del Cáncer de la NYU añadió que "este estudio es importante porque muestra que se realizan un número demasiado elevado de intervenciones quirúrgicas para detectar lesiones en los senos cuando el diagnóstico se puede hacer mediante métodos de intervención menos invasivos. Sería mejor que el cáncer se pudiera detectar sin tener que ir a quirófano. Ya que le ahorra a las mujeres la experiencia de tener que pasar por una sala de cirugía, quedar con una cicatriz más grande, someterse a anestesia, dinero y el tener que pedir a sus familiares o amigos que saquen tiempo para acompañarlas y llevarlas a casa después de la cirugía".

Apuntó que "además, si tomamos en cuenta otros países, la tasa de biopsias benignas y malignas es diferente a Estados Unidos, donde realizamos muchas más cirugías para llegar a un diagnóstico. Aquí, la tasa es de casi dos biopsias malignas por cada diez en comparación con Suecia, donde las tasas son aproximadamente de más de 50 por ciento".

FUENTES: Richard Shapiro, M.D., associate professor, department of surgery, NYU Langone Medical Center, and director, surgical oncology operations, NYU Cancer Institute, New York City; Deborah Axelrod, M.D., associate professor, department of surgery, and director of clinical breast surgery and community outreach, NYU Cancer Institute, New York City; Feb. 8, 2011, American Journal of Surgery, online; The New York Times.

Mitos sobre la lactancia materna

Existen múltiples mitos sobre cómo producir mejor o más cantidad de leche, creencias que circulan y se transmiten incluso de generación en generación, de madres a hijas. Algunas de estas creencias unas veces son contraproducentes, otras simplemente erróneas. Los mitos mas frecuentes son:

Las mujeres con poco pecho producen poca leche. El tamaño de los pechos depende más de la grasa de éstos que de los conductos encargados de fabricar la leche. Por ello, una mujer con poco pecho puede amamantar con las mismas garantías que otra con pechos voluminosos.

Algunos alimentos alteran el sabor de la leche. Aunque, efectivamente los espárragos, ajos, alcachofas y cebollas cambian el sabor de la leche, esto no es apreciado por el bebé y no provoca el rechazo del pecho. Algún estudio ha encontrado todo lo contrario que el ajo mejora la apetencia del niño por la leche de su madre.

Algunos alimentos producen cólicos o gases. Ningún alimento que tome la madre provoca gas en la leche ni en el niño. En consecuencia, las madres pueden tomar todas las verduras, legumbres, frutas y bebidas gaseosas que deseen, porque ninguna produce cólicos en su hijo.

Algunos alimentos aumentan la producción de leche. La producción de leche se mantiene independientemente de la cantidad y calidad de los alimentos que consuma su madre. No existe ningún alimento que aumente la producción de leche, ni tomar más leche o productos lácteos, porque la leche materna nada tiene que ver con la que ésta ingiere. Ningún otro mamífero bebe leche mientras amamanta a sus hijos.

Tampoco es cierto que las madres necesiten comer alimentos enriquecidos en calcio o comer por dos, porque utilizan las reservas almacenadas durante el embarazo y, en consecuencia, pierden peso durante el tiempo que amamantan. Las madres deben comer variado, equilibrado y para uno, no para dos, si hacen esto ganarán peso. Las almendras, frutos secos, sardinas o infusiones no aumentan la producción de leche. Sin embargo, la cerveza con o sin alcohol, estimula la hormona de la que depende la producción de leche, llamada prolactina. Por tanto, si eres madre y amamantas, puedes tomar cerveza pero sin alcohol.

Durante la lactancia no se puede practicar ejercicio físico. El ejercicio físico moderado es siempre saludable, incluso durante el embarazo y la lactancia. Debe practicarse mejor después de finalizar la toma, no antes, porque en estos casos algunos niños rechazan la leche.

Con diarrea se suspende el pecho. Ni la diarrea de la madre, ni la del niño aconsejan suspender la lactancia materna; al contrario, el pecho es muy bueno para la diarrea del bebé.

La lactancia no aconseja mantener relaciones sexuales. Después del parto y durante la lactancia, la madre puede sufrir cambios psíquicos y emocionales, debido por una parte a los intensos cambios hormonales que tiene durante este periodo, también a las potentes emociones que necesita entender y aceptar. Dar el pecho ni dificulta ni impide mantener relaciones sexuales completas; sin embargo, éstas deben reiniciarse cuando la madre, no su pareja, lo desee, porque con frecuencia la mujer está dolorida, cansada o tan emocionada que necesita otro tipo de relaciones más afectivas, mas cariñosa, cercanas o íntimas, sin penetración.

Es normal que después del parto, sobre todo si existió episiotomía y puntos o cesárea, exista dolor que aconseje retrasar el coito hasta el momento que la madre se sienta preparada, este momento es individual y no debe acelerarse.

En definitiva, la lactancia materna es altamente recomendable porque produce grandes beneficios, tanto para los niños como para sus madres. Estar bien informada es imprescindible para decidir, basándose en el conocimiento, no en los mitos, qué beneficios y qué perjuicios puede suponer la lactancia materna.

Juan Casado
El doctor Juan Casado, jefe de Pediatría del Hospital Niño Jesús de Madrid, comenta y ofrece consejos a los padres. Recomendaciones generales para velar por la salud de sus hijos.

jueves, 3 de febrero de 2011

Hay diferentes posturas del parto.

Por S. Ribeiro->visita mi blog para conocer alternativas para tener un embarazo, parto y lactancia libre de prejuicios, tabúes y creencias dañinos para tus hijos


Para poder elegir la postura con la que nos sentimos más cómoda para parir debemos conocer primero cuáles son las diferentes posturas de parto que podemos adoptar.

La elección de la postura de parto es algo muy personal y depende de cada mujer.

No existe una postura de parto ideal, la mejor es con la que la mujer se sienta más a gusto en cada momento.

Puede ser incluso una combinación de varias posturas a lo largo de todo el proceso de parto.

La posición de parto más extendida en los centros hospitalarios es aquella en la que la mujer está tumbada de espaldas en la mesa de partos con los pies sujetos a los estribos de la mesa, también llamada posición ginecológica.

A pesar de ser la más utilizada, la posición horizontal o en litotomía no es la única opción posible, y tal vez tampoco la más idónea para el buen desarrollo del parto.

Existen otras posturas menos conocidas, la mayoría con el tronco en posición vertical, como de pie, sentada, en cuclillas o de rodillas.



También en cuadripedia o sobre alguno de los lados.

Hablaremos de las diversas posturas para conocer las ventajas y desventajas de cada una.

Parto tumbada: la posición tumbada (en litotomía o decúbito supino) también llamada posición ginecológica es a la que nos hemos acostumbrado pues es la más extendida.

Pero ha recibido muchas críticas por la pasividad a la que se somete a la mujer al momento de parir y porque no favorece la fisiología natural del parto.

Los nuevos protocolos sobre la Estrategia al parto normal dictan que cada mujer puede elegir la postura de parto que desee, incluso hay hospitales que han incorporado mesas de parto especiales para que la mujer adopte la posición que prefiera.

Las desventajas de la postura horizontal son, por empezar, que va en contra de la ley de gravedad.

En lugar de que la presión del peso del bebé facilite la expulsión, la madre no cuenta con esa ayuda natural debiendo empujar al bebé para que atraviese el canal de parto en un plano ascendente, incrementando las posibilidades del uso de fórceps o de cesárea.

Un experto en quiropráctica comentaba que la fuerza que realiza la mujer para sacar al bebé estando tumbada es de 20 kilos, una fuerza que se puede disminuir notablemente al cambiar la postura a posición vertical.


Al estar acostada, el peso del útero comprime los grandes vasos sanguíneos interfiriendo la circulación y la oxigenación del bebé. Además, la pelvis se aplana pues el cóccix se aplasta contra la cama estrechando la salida pélvica, lo cual además de interferir en el parto daña la columna de la madre.

Por su parte, a favor de la postura decúbito supino hay investigaciones que aseguran que presenta menor riesgo de pérdida de sangre durante el parto y de hemorragias después del parto.

Algunas mujeres que se encuentran tumbadas con las piernas anestesiadas y colgadas sobre los estribos pueden incluso sentirse sometidas, inmovilizadas e impotentes de ser partícipes del parto.

Lo que permiten otras posturas, que no es posible al estar tumbada con las piernas levantadas, es la libertad de movimiento para adoptar la posición que se considere más cómoda.


Se cree que es conveniente el movimiento de la mujer, especialmente en los inicios del parto ya que facilita el progreso del mismo y la tolerancia al dolor de la madre.

Al hablar de postura de parto nos centramos en la mujer, pero el bebé también es protagonista en este momento y la postura que se adopte también repercutirá en su beneficio.

El nacimiento es el primer estrés físico del ser humano y la forma de venir al mundo debe ser lo menos traumática posible.

Parto vertical: el parto vertical comprende diversas posturas en las que el tronco se encuentra en posición vertical como por ejemplo de pie, en cuclillas, de rodillas, sentada o semi-sentada.

En las posturas verticales la ley de gravedad favorece el descenso del bebé por el canal de parto.

A su vez, la presión que ejerce la cabeza del bebé va ablandando el suelo pélvico facilitando la dilatación y reduciendo las probabilidades de que se practique una episiotomía, es decir, que haya que realizar un corte para agrandar el orificio de la vagina.

Precisamente por esa ayuda que proporciona el propio bebé al descender por el canal de parto, algunas investigaciones demuestran que el tiempo de dilatación es menor y el parto es más corto y menos doloroso en posición vertical que en horizontal, aunque en eso depende mucho el umbral de dolor de cada mujer.


De pie: al estar la mujer de pie cuenta con el apoyo que le proporcionan sus dos piernas. En esta posición se busca una base de apoyo que puede ser una pared, una barra, una cuerda o mejor, la pareja. Esta posición favorece la oxigenación del bebé.


En cuclillas: la salida pélvica se abre a su máxima capacidad (entre 1 y 2cm) facilitando la rotación del bebé y el descenso en un parto difícil. Puede requerir menos esfuerzo de puje por parte de la madre. Puede realizarse sobre la camilla o en el suelo

Semi-sentada: es una posición que permite descansar a la mujer, permite el monitoreo fetal a la vez que es una buena alternativa para la matrona o el médico.

Al estar incorporada la madre puede visualizar el parto. Hay hospitales con sillones de parto que permiten esta posición.

Sentada: el estar sentada sobre un taburete o sobre las rodillas del compañero permite echarse hacia delante para descansar después de cada contracción. También se pueden recibir masajes para aliviar los dolores en la parte baja de la espalda.


Quienes defienden el parto horizontal afirman que la ayuda que proporciona la ley de gravedad la sustituyen las contracciones que van ayudando al bebé a descender por el canal de parto y a encajarse.


Asimismo, algunos médicos apuntan a que en posición vertical tienen menos control sobre la situación en caso de presentarse alguna complicación como sufrimiento fetal.

Pero si me permitís opinar, creo que es la madre quien tiene que tener total control de la situación en ese momento.

En todo caso, si surgiera alguna dificultad podrá adoptar otra postura más conveniente.

No todo se reduce a horizontal o vertical, la libertad de movimientos al momento de parir permite a la mujer adoptar también otras posturas que aunque son de gravedad neutral, tienen otras ventajas:

tumbada sobre alguno de los lados: permite descansar a la mujer y disminuye las laceraciones del periné
cuadrupedia (en cuatro patas): ayuda a aliviar los dolores de espalda y permite una mayor elasticidad en la zona del periné.

Cualquier de las posturas mencionadas pueden ir variando a lo largo del parto eligiendo una postura para las diferentes fases del parto ya que ninguna resulta cómoda para un largo período de tiempo.

Sea cual sea tu decisión, es recomendable que lo hables antes del parto con tu médico, quien evaluará si tus preferencias son viables según las caracteristicas de tu embarazo y si el centro donde darás a luz cuenta con los medios necesarios.

Como comentaba al principio y coincidiendo con las recomendaciones de la OMS, la postura de parto es una elección muy personal.


A lo mejor una no es tan mala ni la otra tan buena, pero lo importante es que sea una decisión propia de cada mujer.

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